Somos un faro de esperanza para niños y personas en Venezuela que enfrentan situaciones de riesgo.

Nuestra labor, impulsada por la pasión de nuestros voluntarios dedicados y el generoso apoyo de personas como tú, se centra en brindarles la asistencia y el acompañamiento que necesitan para alcanzar un futuro mejor.

438

Personas alcanzadas

5

Comunidades atendidas

+8

Años transformando vidas

NUESTRA TRAYECTORIA

El Ministerio Internacional Corazón del Padre es el sueño de Dios puesto en el Corazón de Luz Marina Serrano y su familia. Nace en Magdaleno – Venezuela el 2 de diciembre del 2016 como un comedor, alimentando a 12 niños; hasta ahora, gracias a la colaboración de voluntarios y donantes podemos ayudar a 84 niños. La misión de la fundación es ayudar a familias a mejorar su calidad de vida a través de programas sociales, culturales, con ayuda psicológica, con alimentos, ropa, calzado, medicina y apoyo educativo para amparar a niños y familia en pobreza extrema. Además de brindarles ayuda material, los apoyamos a que puedan ser personas felices, a recibir amor, a terminar sus estudios, lograr sus metas y a ser útiles a la sociedad.

Nuestras LÍNEAS DE TRABAJO

MEDICINAS
ALIMENTOS
EDUCACIÓN
JUGUETES
MUCHO AMOR

Ellos necesitan de tu ayuda

3,2 millones de niños en Venezuela se encuentran en situación de vulnerabilidad

Exsisten muchas formas de colaborar

TRANSFORMA SUS VIDAS

En las calles de Venezuela, miles de niños caminan con la mirada llena de sueños, a pesar de las dificultades que los rodean. La pobreza, el hambre, la falta de acceso a educación y salud, la violencia y el abandono son desafíos que enfrentan día a día.

Son niños resilientes, con una fuerza interior que les permite seguir adelante a pesar de las adversidades

Tu donación, sin importar el monto, puede ser la diferencia en la vida de estos niños.

Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme»

Mateo 25:35-40

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